La Zona Muerta

Año 2015. Archipiélago de Japón. Mediados de primavera. Los ciudadanos de este país realizan sus actividades diarias, tratando de ignorar las noticias de los últimos días sobre los disturbios ocurridos en las principales ciudades del país del sol naciente. Los informes hablan de personas que atacan a otras mediante rasguños o mordeduras, de individuos que desaparecen mientras se dirigían a su lugar de trabajo, centro de estudios o a su hogar, y de comportamientos erráticos o violentos en hospitales, donde pacientes internados por fiebre muy alta presentan reacciones inusuales. Pese a estos casos, la población evita comentarlos para no aumentar su estrés, asegurando que se trata de situaciones temporales, sin saber que todo lo que ocurre es una bomba de tiempo que ha estallado y amenaza con escalar aún más. Las principales islas del territorio japonés fueron objetivo de un ataque perpetrado por un grupo bioterrorista con un objetivo claro: crear una nueva sociedad sobre las cenizas del viejo mundo, imponiendo creencias y pensamientos cuestionables, y afirmando ser “la luz y la paz” de un mundo corrompido. Sin embargo, una alianza de gobiernos y sus agentes está dispuesta a enfrentar esta amenaza a nivel global, que surgió de las cenizas de la Segunda Guerra Mundial. Ahora, Japón se ha convertido en un nuevo teatro de operaciones. El objetivo de ambos bandos es hacerse con los datos del ataque que se llevó a cabo, lo cual podría definir la salvación de la humanidad o, en el peor de los casos, el fin de la civilización tal y como la conocemos.